miércoles, 4 de febrero de 2015

LA MUERTE

Este es un tema tabú, del que en occidente  hablamos muy poco, es un asunto que evitamos mirar, como los niños cuando se meten bajo las cobijas  para que "los cucos" no los ataquen. Cuánta inocencia, cuánta candidez en nosotros, el ignorarla no la hace desaparecer, es una realidad  y es parte de la vida.
Nunca es un tema sencillo y sobre todo muchas veces ignoramos cuan fuerte es su impacto porque nunca hemos vivido el fallecimiento de alguien cercano, y resulta sencillo repetir:  así es la vida, solo queda continuar. Para quien ha perdido al ser amado eso suena a grosería, y en realidad lo que ocurre, es que cuando el dolor es tan grande, la perdida tan fuerte, nada, léase bien, nada puede aplacar el dolor de ese momento, que no es algo inmediato, el dolor real inicia luego de un mes de la muerte, aproximadamente, antes solo existe un shock en el que al cerebro le cuesta mucho asimilar que esa persona tan cotidiana, no va a estar nunca más en tu vida, el  cerebro parece querer engañar a los deudos con la idea de que pronto volverá, pero luego del mes, la realidad se hace inminente y el dolor se construye, y lo peor que podemos hacer, es decir: pero si ya ha pasado un mes, no llores! Eso no ayuda, la persona necesita entender, y aquellos que estamos cerca, los amigos los familiares, solo debemos ser solidarios colocando nuestro hombro, para que la persona, si lo necesita se descargue.
La idea de este articulo es dar una mano tanto a quienes pierden a seres queridos, como a los que acompañan esos procesos. Pero quisiera  darle un toque algo más oriental para que podamos abrir nuestra mente y entender este evento tan natural como lo que es...parte de la vida. 
Entender los polos, sobre todo al aceptarlos, la vida nos cambia, cuando asumimos que no puede haber luz si  primero no hay obscuridad, porque la   polaridad es  parte de la vida. Cuando esto ocurre aprendemos a vivir como si fuésemos a mortales, los occidentales al ignorar o evitar pensar en esta parte de la vida, nos perdemos de la maravilla que es estar vivos.  Muchas veces hemos escuchado ese adagio que dice: vive como si fuese el último día de tu vida, sin embargo rara vez es bien comprendido, vivir con intensidad y con pasión debería ser una máxima en nuestras existencias, vivir sin arrepentimientos, dando todo, sobre todo amando y    haciendo de la mejor manera. Para que cuando ese momento llegue o nos llegue no exista nada de lo que tener pesar, al hacerlo así las perdidas se aligeran, el dolor disminuye.
Por otra parte aprender a saber que el Angel de la Muerte siempre ronda, nos hace valorar más a nuestros seres queridos, vivir como si fuese la última vez que los vamos a ver, no contener un te quiero, un eres importante, aprender a expresarnos dejando los enojos y la crítica de lado, para poder disfrutar simplemente de la existencia, asi como la famosa canción: En vida!  Amemos y entreguemos en vida.

Espero haberles proporcionado algo de claridad sobre el tema, para los que necesiten ayuda para manejar sus duelos o hacer un perdón póstumo pueden comunicarse al (593) 0984433761 recibo Whatsapp

Un fuerte abrazo en Luz 
hasta la próxima entrega